Los abonos verdes son los mejores aliados de quien cultiva un huerto. Mejoran, nutren y protegen la tierra de forma natural y sin esfuerzo. Con su masa vegetal la protegen de la compactación, de la erosión y de la mineralización, a la vez que compiten y frenan el crecimiento de las hierbas no deseadas.
Gracias a sus robustas raíces, la facelia, la mostaza, el centeno, la veza... descompactan y mullen la tierra; una vez segadas, le aportarán materia orgánica que podremos incorporar superficialmente. Se pueden sembrar tanto en primavera como en otoño, en función de nuestras necesidades y de la fauna auxiliar polinizadora que deseemos atraer gracias a su floración.
Pascal Aspe