La atención prehospitalaria es el conjunto de esfuerzos asistenciales y organizativos que se ocupan de la atención al paciente crítico fuera del hospital hasta su asistencia definitiva en un centro de mayor eficiencia. Todos los programas actualmente existentes se unen por un objetivo común: buscar la asistencia en el menor tiempo posible.
El transporte sanitario se concibe como el desplazamiento del paciente posterior al acceso de equipos humanos y materiales hasta el lugar en que este se encuentra, se concibe como un eslabón de la cadena asistencial. Es una de las funciones que desempeña un servicio de emergencias sanitarias que, por definición, se encuentra integrado, coordinado, normalizado y protocolizado. Los Servicios de Emergencia Médica Extrahospitalaria se definen como una organización funcional que realiza un conjunto de actividades secuenciales materiales y humanas, utilizando dispositivos fijos y móviles, con medios adaptados, coordinados, que se desencadenan desde el momento mismo en que surge la emergencia médica. Tras analizar las necesidades, se desplazan los dispositivos para actuar in situ, realizar transporte asistido y transferir al paciente al centro útil de tratamiento definitivo.
En diferentes instituciones y, a lo largo de toda la geografía, se han utilizado para la figuras semejantes, siglas como ATTS (Auxiliar Técnico de Transporte Sanitario), OTS (Oficial de Transporte Sanitario), TTS (Técnico de Transporte Sanitario), TUM (Técnico de Urgencias Médicas), TES (Técnico de Emergencias Sanitarias), TEM (Técnico en Emergencias Médicas) o Celador Conductor, entre otras denominaciones, si bien consiguen ir desplazando las previas de camillero, ambulanciero, sanitario u otras, no sirven sino para dispersar y confundir en vez de unificar una figura que, en definitiva, luchaba por nacer pero sin saber cómo ni con qué funciones o competencias. Como eje común de sus funciones se encuentra el vehículo sanitario que debe salvaguardar, mimar incluso y mantener a punto para que desempeñe correctamente la labor para la cual está diseñado.
En el presente Manual, los autores se han centrado en los componentes mecánicos, muy didáctico y gráfico, con numerosas imágenes tomadas sobre todo de la Dirección General de Tráfico para introducirnos en sus aspectos más específicos, desconocidos en muchos casos y en constante evolución y puesta al día para la cual es preciso formarse. Los vehículos al igual que toda máquina necesitan cuidados y controles sumamente necesarios para su buen funcionamiento y perdurabilidad en el tiempo, aunque para muchos el vehículo es un elemento de uso-servicio y el mantenimiento no se aborda de igual modo. Un vehículo requiere de cuidados, no es simplemente cargarlos de combustible y arrancar. Las inspecciones de funcionamiento, ajustes, reparaciones, limpieza, lubricación entre otros deben llevarse a cabo en forma periódica mediante un plan establecido de forma mensual, semestral o anual. Sin embargo, es importante verificar regularmente, por simple observación, estado de neumáticos, luces de freno, direcciones, atentos a ruidos anormales, entre otros.
Manuel Calzado Cano. Profesor de Formación Vial. Autoescuela Virgen del Carmen. Alcalá la Real (Jaén).
Valeriano Pérez Castro. Profesor de Formación Vial. Autoescuela Virgen del Camino. Alcaudete (Jaén)