Cualquier fallo en una operación industrial puede tener efectos simultáneos sobre la calidad del producto, la seguridad y la salud de los trabajadores y el medio ambiente. De igual manera, determinadas prácticas que pueden permitir aumentar la productividad o la calidad, pueden repercutir negativamente en la seguridad o el medio ambiente y viceversa. El mercado nos está exigiendo productos con calidad a bajos precios, con variedad, cantidad y disponibilidad en el momento y lugar oportuno con la espada de Damocles de quedarnos fuera del mercado. Tenemos que transformar nuestras empresas en competidoras globales de excelencia. Sin duda la mejora continua será un tema cada vez más crítico a medida que nos adentremos en el sigo XXI.
Ricardo Fernández García
Doctor en Ciencias Químicas por la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Estudió Ciencias Químicas, especialidad Química Industrial en la Universidad de Oviedo. Master en Derecho de la Unión Europea por la UNED y en Administración de Empresas con especialidad en Gestión de la Producción y la Tecnología por el Centro de Estudios de Postgrado de Administración de Empresas (CEPADE) perteneciente a la Universidad Politécnica de Madrid.
Es, además Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales en las especialidades de seguridad en el trabajo, higiene industrial y de ergonomía y psicosociología aplicada y Consejero de seguridad para el transporte por carretera.
Miembro del Consejo Asesor de la Federación de Empresas Químicas y de Plástico de Aragón.
Es colaborador habitual de diversas revistas técnicas y miembro del Consejo editorial de la revista Química del Siglo XXI.