'el desierto me tiene esclavizado y me alegra decir que todavía measombra descubrir que es así', escribe reyner banham en este libro,uno de los últimos que escribió en vida, no en su papel habitual dehistoriador de la arquitectura, sino como 'fanático del desierto', unvisitante intrigado y desconcertado por las áridas tierras delsuroeste de estados unidos. banham disfruta del paisaje, de lasllanuras alcalinas del valle de la muerte, de los colores de lospaisajes bajo un sol de justicia y con neblinas luminosas, de lasmesas y los escasos oasis, y de conducir por las llanuras entre losarbustos de creosota. le intrigan las obras hechas por el ser humano:los antiguos asentamientos pueblo y los observatorios de últimageneración, las obras del ferrocarril y las carreteras antiguas ymodernas, las fantasías de las vegas y las misiones españolas, juntocon la obra de arquitectos como frank lloyd wright y paolo soleri.pero todo ello con un desconcierto ante sus propias respuestas, anteel insólito descubrimiento de que el desierto es bello de una maneraque ningún otro paisaje lo había sido para él, un descubrimiento losuficientemente perturbador como para que busque las posibles raícesde sus respuestas en obras de autores como gaston bachelard, joandidion y ray bradbury, y de historiadores y exploradores como elesteta estadounidense john van vyke, autor del clásico libro thedesert, y el arabista inglés charles m. doughty, autor de travels inarabia deserta.