Este libro representa el último de los trabajos publicados por este autor, con la diferencia de los anteriores que, si entonces se hicieron por la necesidad que tiene cualquier profesor universitario de hacer aportaciones al conocimiento y mejorar su currículum vitae, en este caso lo ha hecho por la necesidad que tenía de participar en el reconocimiento que Editorial Agrícola Española hace a su maestro José Humanes Guillén.
Cada nuevo curso, a sus alumnos de la asignatura Maquinaria Agrícola les dice, y se lo repite muchas veces, que la mecanización de la recolección de aceituna, como en la mayoría de los cultivos, exige la conjunción entre agronomía y mecanización, y les aclara que lo que esto significa es que no se le puede pedir ni todo a la planta ni todo a la máquina. Este es un concepto que el autor aprendío de Juan Barasona Mata, su otro gran maestro, que tuvo la oportunidad de valorarlo en su sentido más realista cuando muy joven tuvo la suerte de entrar a trabajar en el CEMEDETO, un centro dedicado a la mejora y al desarrollo de las técnicas oleícolas, que dirigía José Humanes, en el que todos los que allí trabajaban estaban entusiasmados con la nueva olivicultura y, en particular, con las plantaciones intensivas y la recolección mecanizada de aceituna.
Desde entonces y hasta hoy han aparecido cambios sustanciales en el cultivo del olivo y son, precisamente esos cambios y su implantación extensiva, los que han llevado a escribir este libro.
Andrés Porras Piedra